Este programa busca promover interacciones positivas entre niños y animales, fomentando un adecuado vínculo humano-animal que permita una sensibilización hacia nuestro entorno, la naturaleza y las diversas formas de vida, todo esto con el objetivo de educar a través de Actividades Asistidas con Animales (AAA), las cuales son muy dinámicas al contar con la presencia de diversos animales debidamente seleccionados y entrenados para este fin, de tal manera que lo aprendido en los talleres se vea reflejado en relaciones interpersonales más asertivas y niños con conciencia ambiental que sean personas de bien.
El programa está dirigido a Centros Educativos tanto públicos como privados, de educación Preescolar, Primaria y Secundaria.
Se divide en:
Investigaciones realizadas durante los últimos 30 años indican que la interacción con animales puede ofrecer beneficios a nivel fisiológico, emocional, social y físico para los niños. El distintivo característico de las Intervenciones Asistidas con Animales (IAA) es que a través de la inclusión de un perro de terapia debidamente entrenado, se busca lograr con mayor efectividad y motivación objetivos terapéuticos o educativos en contextos escolares. Una de las características más importantes de las IAA con niños, es que aunque los perros de terapia son interactivos, los niños los perciben como participantes no críticos, que se encuentran fuera de las complicaciones y expectativas de las relaciones humanas. Esta singular interacción ofrece a los niños una forma valiosa de apoyo social y emocional en los centros educativos y terapéuticos.
El aumento en los estudios cuidadosamente diseñados que exploran los beneficios para los niños en ambientes escolares y terapéuticos sugiere que la investigación en el vínculo humano-animal es un floreciente y multidisciplinario campo de estudio digno de atención (Jalongo 2005; Jalongo et al. 2004).
Cada vez con más los centros educativos y terapéuticos que integran innovadores programas para ayudar a los niños en su aprendizaje, de maneras cada vez más variadas y creativas. En general lo que se busca es proporcionar oportunidades para que mediante diversas actividades se alcancen objetivos motivacionales, educacionales y recreativos para mejorar la calidad de vida de los niños y niñas.
Y es el apoyo brindado gracias a investigaciones científicas lo que es en gran parte evidencia de cómo los animales de terapia pueden apoyar el aprendizaje y desarrollo de los niños. Mucho de lo que conocemos hoy sobre los beneficios para los niños cuando interactuar con los animales comenzó con los primeros trabajos del psicólogo Boris Levinson, quien se refiere a menudo en el la literatura como el pionero de la Terapia Asistida con Animales (TAA) con los niños. En la tarde 1960 y 1970, Levinson comenzó a incorporar a su perro en sus sesiones de terapia. Levinson (1969) encontró que el perro actuó como un «lubricante social» entre el terapeuta y el niño, lo que permitió un ambiente más relajado propicio para la auto-revelación. Durante los últimos 30 años, la forma única de apoyo que los perros en particular parecen ofrecer, se ha estudiado en ambientes como el hogar (Lookabaugh Triebenbacher 1998), en entornos terapéuticos (Levinson 1971; Mallon 1994), en las aulas y hospitales (Jalongo 2005; Jalongo et al. 2004), y en entornos de niños y adultos con necesidades especiales (Anderson y Olson 2006; Walters Esteves y Stokes 2008).
Las interacciones de los niños con animales ha demostrado cuantiosos beneficios para niños tanto fisiológica (Odendaal 2000), como emocional, social (Anderson y Olson 2006; Walters Esteves y Stokes 2008; Zasloff y Hart 1999) y físicamente (Gee et al. 2007). Fisiológicamente, con la presencia de un perro se encontró un menor grado de estrés conductual, emocional y verbal, significativamente disminuye la angustia general en los niños cuando se participa en un leve actividad estresante como una visita a la oficina del doctor (Nagengast et al., 1997). Cuando un niño lee en voz alta en presencia de un perro la presión arterial baja y también así el ritmo cardíaco (Friedmann et al. 1983). Se ha encontrado que los perros contribuyen a una estabilidad emocional general en los estudiantes; además en niños diagnosticados con trastornos emocionales severos, estos demostraron actitudes más positivas hacia la escuela (Anderson y Olson 2006), también ayudan a contribuir a la autoestima del estudiante, proporcionando un «amigo» un vínculo entre una emoción como el amor y en el salón de clases (Zasloff y Hart 1999).
Además, los estudiantes tienden a estar más atentos, responden mejor y son más cooperativos con un adulto cuando un perro está presente en el salón de clases (Limond et al. 1997). En los entornos terapéuticos, los niños han experimentado mayor estado de alerta y la capacidad de atención, y un mayor apertura y deseo de contacto social cuando se participa en sesiones de terapia con perros (Prothmann et al. 2006).
Una de las principales razones de llevar las IAA a las aulas es que la percepción del perro y otros animales por parte de los niños participantes como un ser que no juzga, lo que ofrece a los niños formas únicas y valiosas de apoyo social y emocional en el contexto de necesidades educacionales y de aprendizaje en el aula, también permite una posición de ‘niño como cuidador’ en esta relación lo que le permite desarrollar responsabilidad y empatía (Melson 2001).
En la infancia las mordeduras de perros son comunes entre los niños pequeños, pero se pueden prevenir con lecciones apropiadas para la edad, que se centren en ayudar a los niños a generar empatía hacia el perro y a conocer sus cuidados y necesidades. Este tipo de actividades permite al niño aprender a interactuar con un perro de una manera tranquila y apacible, cuándo y cómo es apropiado acercarse a un perro, así como aprender a jugar seguramente, y cómo el niño debe actuar si él o ella tiene miedo ante un perro (Jalongo 2006, 2008) son todos lecciones importantes para que los niños aprendan al introducir a un perro en la escuela o el contexto terapéutico.
Otro objetivo es fomentar la interacción social positiva entre estudiantes, y entre los estudiantes y su educador. Walters Esteves y Stokes (2008) sugieren que los perros pueden ser incorporados como asistentes en el aula en la enseñanza de una tarea específica, como las habilidades de la vida diaria, o como parte de un plan de estudios, tales como la lectura, la escritura, etc. Un perro puede actuar como el tema para la escritura creativa, para la lectura de cuentos sobre perros, o pueden participar con los niños en actividades grupales. Esto puede aumentar la participación de los niños en algunas actividades.
Aunque los perros de terapia pueden ayudar a aumentar la socialización en el aula y entornos terapéuticos debido a su naturaleza interactiva, los perros de terapia también pueden tener un profundo efecto calmante en los niños que estén bajo estrés (Mallon 1994; Prothmann et al 2006.). Estudios que exploran los efectos fisiológicos de la presencia de un animal sugieren que interactuar con un perro reduce significativamente la ansiedad conductual y emocional de los niños. Específicamente, la presencia de un perro puede disminuir la presión arterial y el ritmo cardíaco cuando un niño lee en vos alta (Friedmann et al. 1983) y también cuando un niño participa en una actividad ligeramente estresante (Nagengast et al. 1997).
Se ha podido determinar una reducción de la agresión y a la vez promoción de las habilidades sociales. A pesar de que la introducción de un perro en el aula está dirigido con frecuencia a una reducción de las actitudes negativas extremas o el comportamiento de algunos individuos, la presencia del perro tiene un efecto sobre toda la clase. Puesto que un requisito previo de aprendizaje social y cognitivo eficaz es un estado de ánimo positivo y una actitud y un estado activo pero relajado, un perro de la escuela tiene el potencial para promover no sólo un ambiente positivo de la escuela social, pero indirectamente también el aprendizaje.
En estos programas el trabajo de los perros de terapia y su manejador (el dueño del perro), se lleven en conjunto con los maestros y terapeutas para ayudar a los niños a alcanzar un objetivo educativo (por ejemplo, la pronunciación de la letra inicial s) o un objetivo terapéutico (por ejemplo, el aumento de comunicación asertiva con los demás).
Promover en los niños, a través de Actividades Asistidas con Animales, un mejor desarrollo social, emocional y cognitivo en relación con las diversas formas de vida existentes en su medio ambiente.
Los talleres se realizarán en cada clase o área asignada por la en la Institución. Se contará con la presencia de un profesional debidamente certificado en IAA, un asistente y un perro de terapia con un collar y correa. Durante la realización del taller debe estar presente la encargada del grupo.
El equipo de trabajo aportará los materiales necesarios para el desarrollo del taller (Cepillos, manta, bolas, canastas, juguetes varios, premios para el perro, recuerdos, etc.). La duración de cada taller es de aproximadamente 55 minutos.
Para consultar el programa, por favor, solicitarlo al correo info@fogaus.com
Gracias
Para todos aquellos kinders, escuelas o colegios que deseen participar en nuestro programa en sus propias instalaciones, pueden escribirnos un correo a info@fogaus.com o llamarnos al teléfono 22927121 para darles mayor información y concertar una cita.